«La arqueología ha demostrado que fue aquí, en Betania de Transjordania, donde Juan bautizó a Jesús. Pero antes de hallar los restos arqueológicos, la Biblia ya lo indicaba y también los testimonios que los peregrinos dejaron desde hace muchos siglos». Así resume Mohammad Waheeb, arqueólogo y profesor de la Universidad Hachemita Reina Rania, de Ammán, cómo llegó a descubrir los restos del lugar del bautismo. Es un gran conocedor de la Biblia «y de su estudio deduje que éste era el lugar», afirma. «El Antiguo Testamento dice que Elías vivió frente a Jericó y desde ese lugar subió al cielo en un carro de fuego», explica. Realmente, cerca del lugar del bautismo, que se encuentra frente a Jericó, hay un monte que se llama Monte de Elías. En Malaquías 4, 5 leemos que «Elías volverá antes de que venga el día grande y temible del Señor». Y parece ser que la gente vivió esperando que Elías regresara. Siglos después, en la misma zona vivía un hombre que hacía cosas raras, sumergía a la gente en el Jordán... Y todos pensaron que Elías había vuelto. «La Biblia recoge cómo iban a preguntarle: ¿eres tú Elías? A lo que él respondía que no».En Juan 1, 28, refiriéndose a los bautismos que Juan realizaba, se puede leer: «Esto es en Betania, al otro lado del Jordán». También en el Evangelio de Juan (10, 40) vemos que Jesús huyó de Judea y vino al este del Jordán, donde estaba Juan. «Hay que leer bien la Biblia y ver la relación entre Elías y Juan», asegura Waheeb, que dice que «existen muchas más evidencias en la Biblia».La Biblia señalaba hacia Betania de Transjordania, pero el arqueólogo no se quedó ahí. Comenzó a investigar y vio que tanto los historiadores como los peregrinos indicaban la misma dirección. «Lo primero que encontré es que la peregrina española Egeria realizó un viaje, al que denominó peregrinación, a lomos de un burro en el siglo IV y en el cual visitó también el monte Nebo». Por otra parte, está el caso de María la Egipcia, que había vivido una vida disoluta en su juventud. Viajó a Jerusalén y allí escuchó una voz que le decía: «Si cruzas el Jordán, encontrarás lo que buscas». Waheeb asegura que «los libros dicen que vino aquí y vivió a este lado del río 47 años. Hemos encontrado el lugar en el que vivió». También en el siglo IV cruzó el Jordán Santa Elena y, «cuando llegó, acudieron a verla unos monjes cuya orden vivía aquí desde la época de Jesús y le enseñaron los lugares del bautismo. Santa Elena les pidió que construyeran iglesias para conmemorarlo. Así empezó el movimiento de construcción en el lugar», dice el doctor Waheeb.Y llegó el turno del pico y la pala. Había que excavar y encontrar los restos que evidenciaran todo esto. «En 1997 comencé las excavaciones y enseguida vi que el área estaba repleta de restos de lo que parece ser una ciudad entera». Comenzaron por el monte Elías y siguieron el curso de un manantial mientras encontraban restos incluso de lo que parece una posada de peregrinos. Y llegaron, en 1999, al río. «Cuando empezamos a excavar, inmediatamente aparecieron las iglesias». Son cuatro y datan de los siglos IV, V, VI y VII. Parece que cada vez que levantaban una, el río se desbordaba y se la llevaba. Y construían otra encima... Waheeb termina su relato: «Luego, descubrimos una escalera larga, que nos lleva hacia la corriente y termina en una piedra de mármol de un metro cuadrado. Los bizantinos (no yo) creen que ahí, concretamente, se paró Nuestro Señor y fue bautizado».
(Fuente: periódico La Razón 3-6-09)